Un ciudadano común e inmigrante en esta ciudad de Nagua, debo resaltar que mis mejores años los he vivido en La Capital del Coco, bañada por hermosas playas, poblada de personas con cálida alegría y corazón sincero, productora de una gran variedad de rubros agrícolas, dotada de astrictivo turístico y cultural de inmenso valor.
Nagua, desde mi posición como ciudadano común no entiendo como no has podido explotar todo el potencial que posees, quizás la razón sea la costumbre de estar adaptados a la rutina o quizás la razón sea porque nosotros en verdad no queremos verte crecer y hacerlo junto a ti.
Pero de algo si debemos estar seguros, el desarrollo no lo impide la falta de recursos, que de ello tenemos por montones, lo impide la falta de voluntad de cada uno de los compruébanos, el no saber aunar fuerzas para empujar hacia un solo lado.
La miopía visionaria de los empresarios ha convertido a Nagua en un caos de tránsito, esos “empresarios” se han dado la tarea de construir un sinnúmero de plazas comerciales por toda la ciudad y ninguna de ellas con parqueos pero, si malo es el inversionista, también lo es el arquitecto y/o ingeniero que hace la obra, de igual modo esa misma culpa la carga la administración municipal que al recibir y aprobar lo planos no exigen cierto parámetros.
Pero ese fue solo uno de los más vagos puntos por los cuales podemos tocar el tema del no desarrollo de nuestro municipio, dejando que no solo sea mi punto de vista que salga a relucir, sino que cada uno de los ciudadanos de la hermosa ciudad de Nagua también expongo su visión mi ciudad utópica.
Por: Alfonso Parra
